Nosotros, los vivos, estamos
habitados por los rumores de nuestros fantasmas. Nuestra carne y la materia de
nuestra alma son el resultado de combinaciones moleculares y del complejo
tejido de palabras, imágenes, sensaciones, instantes, olores y escenas ligadas
a los hombres y mujeres con los que la vida nos ha hecho codear de forma fugaz
o duradera. Continuar con la propia existencia cuando los rostros y las
presencias se borran a nuestro alrededor supone redefinir constantemente un
orden que el caos de la muerte
desbarata en cada fase del juego.
Philippe
Claudel
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