La portada de El tiempo de la improvisación dio lugar a toda una nueva serie. Una serie completamente distinta e independiente de lo que venía (y vengo) pintando ultimamente. Cada vez que creo que me he encausado en un rumbo -en este caso algo que oscilaría entre los jarrones de flores y las Damas de Shanghai- un viento imprevisto me arroja en una costa desconocida. Estas pinturas de acrílico sobre tela miden 40 x 30 centímetros.
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