sábado, febrero 10, 2007

Acerca de un proyecto fallido.
Hace unos días me enteré de que, por motivos relacionados con "limitación de espacio y presupuesto; logística, museografía, etc. " (tal como dice la nota oficial), fue cancelada mi participación en la Bienal de Ushuaia 2007, la bienal del fin del mundo. Les cuento brevemente: La bienal del fin del mundo, es una muestra a realizarse en marzo de 2007 en Ushuaia, con la curaduría general de Leonor Amarante de Brasil, y la curaduría del envío argentino a cargo de Corinne Sacca Abadi (y Florencia Battiti como curadora adjunta).
La producción de la bienal está a cargo de Arte 3 de Brasil (al parecer nadie en Argentina puede producir este tipo de megamuestras). Todo arrancó con gran entusiasmo y pompa (además del caos y desorganización propios de un primer evento), pero luego los sponsors no terminaron de aparecer, varios espacios prometidos no se dieron y la realidad fue imponiendo su huella sobre los sueños.

Mi proyecto, que en un principio había pensado para el ámbito del Presidio de Ushuaia, fue luego reformulado tomando la forma final que adjunto en un comentario (está el texto completo del proyecto), para que esto no se haga tan largo. Brevemente, mi propuesta era una performance consistente en un encierro de 12 horas dibujando, monitoreado por una cámara de vigilancia.
Aquí van algunas de las imágenes que iban a aparecer en el catálogo de la bienal. Lamentablemente, no pudo ser.

3 comentarios:

daniel dijo...

Confinamiento es una performance de 12 horas dibujando, en una situación de aislamiento, sobre el muro de una celda de reducidas dimensiones.

Introducción
En el germen de esta obra se encuentran unos postulados acerca del proceso de escritura, “como inscripción de una experiencia primordial y fundante”[1] , postulados de los que me apropio para aplicar a mi práctica del dibujo.

[...] escribir es la experiencia de una soledad casi total, en la que el escritor, sin un argumento o una idea sobre el libro que escribirá, alcanza un estado de desposesión,[como afirma Duras es] “una inmensidad vacía”. Hallarse ante un libro posible, [...], es hallarse “delante de nada”. [...]
Escribir, entonces, es poner y ponerse en situación de riesgo, abandonar la seguridad del lenguaje que nombra y ordena, abandonar la literatura, la protección de su historia, exponer y exponerse al desamparo. [2]

Ese desamparo, ese destierro, esa soledad, en el proceso de escribir, lo mismo que en el de dibujar, constituyen parte de lo que me interesa poner en evidencia mediante mi performance.
Durante una visita a Ushuaia en mayo de 2006, encontré en esa ciudad, y, por extensión, en esta región del mundo, una metáfora física, geográfica, de este proceso de dibujo, de este “exponerse al desamparo”. Pero, pensada en el contexto fueguino, Confinamiento es también una herramienta para aludir a la historia y las características de este lugar donde se anudan diversas cuestiones en torno a los límites. Las fronteras geográficas, políticas, culturales y los conflictos desatados en torno a ellas; incluso las condiciones climatológicas limites que caracterizan este territorio, nacido como sitio de destierro, lo convierten en emplazamiento adecuado para una performance que, partiendo de la idea de dibujo como situación de desamparo, busca explorar los límites propuestos por el encierro en una tierra que es en sí misma la frontera final de un continente.

Confinamiento es una experiencia que a la vez que me enfrenta a los límites de la resistencia física (algo que se liga a mi personal concepción del dibujo) me permite poner en relación al dibujo con ciertas cuestiones, como el Tiempo y el Poder.

Una cultura global en la que rige una velocidad cada vez más acrecentada (la dromocracia, en la terminología de Virilio) va exterminando toda posibilidad del sujeto de relacionarse concretamente con cualquier forma de otredad, relegando la antigua trayectividad (el camino extendido en el tiempo y el espacio, el trabajo) a la esfera mediatizada a través de la imagen instantánea, la cual es controlada por las grandes empresas multinacionales de comunicaciones y entretenimiento. [3]

El dibujo, lenguaje simple y al alcance de todos, herramienta capaz de expresar la propia subjetividad, pero también de crear redes y vínculos, y preservar la memoria, nos permite también recuperar la noción de la temporalidad vinculada al trabajo. Una consideración acerca del arte como proceso, como actividad humana que tiene lugar en el tiempo. También, el dibujo como humilde resistencia ante la grandilocuencia del poder tecnocrático.

Pero, antes que nada Confinamiento se plantea como un intento de hablar de una región donde el destierro, voluntario o no, es una experiencia fundante. Hablar de un aislamiento, de un desarraigo, ya como condena, ya como huida, o como utópica meta en la búsqueda de un sueño. Una experiencia, que nos enfrenta con nosotros mismos, con nuestros límites, y por lo tanto con lo que esta más allá de ellos, la otredad.

Descripción
Como anticipé en la presentación, Confinamiento toma la forma de una performance de 12 horas, encerrado en una celda de reducidas dimensiones, dibujando sobre el muro de la misma.
El proyecto prevé la construcción de dos celdas gemelas, separadas por un muro e intercomunicadas por una ventana y una puerta. La ventana, de reducidas dimensiones, se hallará ubicada en un nivel superior a la altura de una persona. Ambas habitaciones contarán con asimismo con una ventana similar que comunique al exterior, pero solo una de las celdas (a la que designaremos como celda nº 2) dispondrá de una puerta que posibilite el acceso al recinto.
En la celda nº 1, que se constituirá en mi lugar de trabajo, se dispondrá una cámara de video, conectada a un monitor de televisión en el cuarto contiguo. Durante la performance la puerta que comunica ambas habitaciones se hallará cerrada, pero el público podrá acceder a la celda nº 2 y seguir mis movimientos mediante el monitor.
Los únicos elementos que llevaré al interior de la celda, además de mi ropa, son lápices, un bidón de agua, y un bidón vacío para orinar.
Una vez cumplido el establecido período de 12 horas, se habilitará el acceso a la celda nº 1 y por lo tanto, a la exhibición de los dibujos producidos durante el encierro.



[1] Marcela Groppo, Marguerite Duras. “La escritura de la imagen”. En Claudia Kozak, (comp.), Deslindes. Ensayos sobre la literatura y sus límites en el siglo XX, Beatriz Viterbo Editora, Rosario, 2006.

[2] Ibidem
[3] Christian Gundermann, , Actos melancólicos. Formas de resistencia en la posdictadura argentina, Beatriz Viterbo Editora, Rosario, 2006.

Liniers dijo...

nos quedamos con las ganas

Anónimo dijo...

hola daniel
gracias por la informacion,
no sabia que estaba a cargo de Arte 3 de Brasil, que loco no?
"que nos pasa a los argentinos??.." parafraseando a un comico excelente.

por otra parte, la maraton de las 12 horas es toda una osadia, esperemos que la proxima tengan "espacio"