Hace unos meses una imagen vista al azar en internet me hizo pensar en contorsionistas. Pensé que tenía ganas de trabajar con eso, con algunas deformaciones o torsiones del cuerpo, de alguna manera relacionadas con ciertas pinturas de Francis Bacon. Estuve un tiempo seleccionando algunas imágenes (creé un tablero en pinterest con el tema) y realicé unos cuantos dibujos, sin poder recrear esa sensación fugaz, casi un presentimiento, que percibí con esa primer imagen de internet (que, por cierto, nunca pude volver a encontrar). Cuando ya estaba trabajando en otra serie de obras, dí con un par de tapas de revistas de los cincuenta con unas imágenes de pin-ups haciendo contorsiones que dispararon mis asociaciones hacia dos lados distintos.
Por un lado, me dediqué a ver nuevamente los grandes carteles, pintados sobre tela, de las ferias de curiosidades y monstruos: los Freak shows de estados unidos. Desde hace muchos años tengo un hermoso libro sobre el tema: Freaks, Geeks & Strange Girls. Siempre quise pintar algo que se relacionara con esos maravillosos banners, pero lo más cerca que llegué fueron algunas de las pinturas de mi primer muestra en la galería Ruth Benzacar en 1995.
Por otro lado, recordé unas pinturas de Picasso de fines 1929 y comienzos de 1930, tituladas Acróbatas: unas hermosas figuras planas distorsionadas sobre la tela, sobre un fondo monocromo. Eso me dio un nuevo impulso.
Con todo eso en mente volví a trabajar en mi proyecto, cambiando el título, de contorsionistas a acróbatas y comenzaron a surgir algunas pinturas y dibujos que me gustaron un poco más. Son toda una serie de personajes que deben adaptarse a un medio y unas condiciones limitadas: un cuadro plano y rectangular en el que deben encajar, y esa es en cierta manera la temática de estas obras.
Aquí la imagen de una de las telas grandes: Acróbata, 2015, acrílico sobre lienzo, 200 x 150 cm.
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